Con la inminente puesta en vigor el próximo 23 de octubre de
la NOM-35 Factores de Riesgo Psico-social en el Trabajo, los responsables de RR
HH en las empresas, sea del tamaño que fueren, se han dado a la tarea de buscar
la información que les ayude a llevar a cabo la implementación en sus
respectivas empresas. Buscan cursos, asesores, consultores, hacen búsquedas en Google, Linkedin, hasta Facebook, algunos, probablemente los más meticulosos, han tomado la precaución de remitirse al documento
original, otros buscando la receta mágica y sencilla para seguir paso a paso
las recomendaciones para ponerle “palomita” de cumplido al checklist y darle
vuelta a la página.
Paradójicamente, los colaboradores del departamento estarán “sufriendo
la presión y el estrés” de este cumplimiento en tiempo, los jefes probablemente
estarán amenazando con la entrega oportuna de la actividad o “atenerse a las
consecuencias”.
Pero, que tan comprometidos están con la norma los dueños de
empresa o la alta dirección, no se trata solamente de ponerle “palomita” a las
tareas, se trata de hacer consciencia de que la dinámica laboral de las
Organizaciones pone en riesgo a los colaboradores y que se requiere una genuina
preocupación por las condiciones en las que se realiza el trabajo y su efecto
en las personas que conviven día a día en en el lugar de trabajo.
Recientemente le comentaba a un empresario lo que habíamos
conseguido para los colaboradores en un proyecto pasado como incrementar los días
de vacaciones, otorgar sin descuento de vacaciones los 2 días de semana santa, otorgar
el día de cumpleaños, apoyo en carreras y gimnasio, desayunos saludables, entre
otros que incrementaron el salario emocional y me comentó “ esta muy bien lo
que se hizo a los colaboradores, pero que se hizo por la empresa”. Precisamente
todo lo que se hizo por los colaboradores contribuyó a los resultados de la
empresa, bajando casi 40% la rotación respecto al año anterior, incrementando
el sentido de pertenencia, una mejora de casi 30% en la percepción de los
indicadores de clima laboral. Pero, es la percepción de un dueño o director
cuando ve a las personas como un gasto y no como un socio de negocio o una
inversión que genera un rendimiento.
La NOM-35 está poniendo en el radar los factores de riesgo,
pero la implementación fracasará si no están involucrados los liderazgos
formales e informales y se comprometen en mejorar las condiciones, la manera de
interactuar, la forma de exigir resultados, retroalimentar, cuidar las
condiciones físicas, iluminación, ergonomía, los horarios de trabajo, etc.
Podrán implementar su política de prevención de Riesgos
Psico-sociales, pero si no tienen manera de garantizar la comunicación, incluso
considerando el anonimato, los protocolos de atención y acción, saber que harán
cuando se presenten las denuncias. Para algunas empresas esta implementación
tendrá la equivalencia a un cambio cultural de 180o, con las
resistencias que esto implica.
El trabajo apenas comienza y toda la ayuda suma.